Semana dos

Semana 2 – La presencia de Dios
"Dichosos los que saben aclamarte, Señor, y caminan a la luz de tu presencia" (Salmo 89:15, NVI).
Cuando Coco Freeman comenzó su carrera como músico profesional en Cuba en 1990, sus principales objetivos eran la riqueza y la fama. Pero 11 años más tarde, Coco tuvo que reconsiderar lo que la vida era en realidad.
"Mi meta era hacer carrera como artista, pero no sucedió de esa manera", nos dice. "Ahora me doy cuenta de que la fama es un fundamento demasiado débil".
Después de años de tocar con bandas aclamadas nacional e internacionalmente, Coco vio cómo su vida personal tocaba fondo en el año 2001. Se encontraba en medio de un divorcio, sufriendo también de hepatitis y de dengue.
"Fue un momento muy difícil, porque no sólo estaba sufriendo mi cuerpo, sino también mi espíritu", dice Coco.
Mientras estaba acostado en su cama con mucha fiebre, Coco recordó al Dios del que había escuchado cuando asistía a una iglesia bautista cubana en su adolescencia. Abrumado por el temor y la soledad, Coco clamó al Señor para que lo salvara.
"En ese momento, algo sucedió", dice Coco. "Y sentí una presencia que quitó todo mi temor".
La misma presencia que quitó el temor de Coco y salvó su alma también lo guió a usar su talento musical para compartir su fe con sus compañeros cubanos. Hoy Coco compone y presenta música cristiana para comunicar el evangelio.
"Con estas canciones, yo ministro a la gente", dice Coco. "Cuando escuchan las canciones, se sienten tocados y sobrecogidos. Lloran, y experimentan la presencia de Dios".

Domingo 30 de marzo, día 8
Agradezca a Dios por la salvación del músico Coco Freeman. Ore para que muchos de sus compañeros cubanos acepten a Cristo como Salvador a través del testimonio público de sus canciones. Ore para que su enfoque permanezca centrado en Aquel que le dio el don de la música.

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